martes, 13 de octubre de 2009

Patrias y otras paridas mentales

Ayer por la tarde encendí la radio del coche cuando volvía a Sevilla (de vuelta a la realidad) y escuché una entrevista a mi venerado Ramón Lobo en la Cadena Ser. Estaba ya iniciada pero pude escuchar algunas de sus respuestas. La periodista que le entrevistó, cuyo nombre no recuerdo, aunque sí sé que está sustituyendo a Gemma Nierga por su reciente maternidad, le preguntó por su opinión acerca de la palabra patria. Ramón Lobo respondió como movido por un resorte. Contestó que no le gustaban ni ésa ni otras como frontera. Ambas habían sido el gérmen de muchas guerras sangrientas a lo largo de la Historia, apuntaba el reportero de guerra y otros menesteres.

Y es que ayer, el día de las Fuerzas Armadas, España demostró que está plagada de necios capaces de luchar más ferozmente por un símbolo que por reducir el hambre en el mundo. Y ojo, no hablo de los militares, que bastante tienen con el riesgo de su profesión, ni tampoco de la mayoría que reconoce su labor, hablo de aquellos que se escudan en el patriotismo para convencerse a sí mismos de su ineptitud. Todos sabemos quienes son. Ahí está el señor Laporta, empecinado en convertirse en el nuevo icono del catalanismo usando al FC Barcelona como lanzadera política.

Ya vimos hace unos años lo que supuso la Guerra de Yugoslavia: muertes, sufrimiento, dolor. Los sentimientos exarcebados y que sobrepasan los límites de la carne humana me parecen una obscenidad. Al fin y al cabo, la patria es algo que ni se ve ni se toca, como Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario